Las interacciones farmacológicas ocurren cuando dos o más medicamentos, o un medicamento y un alimento o suplemento, afectan la forma en que el cuerpo procesa o responde a uno de ellos. Esto puede llevar a que un medicamento sea menos efectivo, que sus efectos secundarios aumenten, o que se produzcan reacciones adversas inesperadas. Por ejemplo, algunos antiácidos pueden reducir la absorción de ciertos antibióticos, o el consumo de alcohol puede potenciar los efectos de medicamentos que actúan en el sistema nervioso.

Es vital informar siempre a su médico y farmacéutico sobre todos los medicamentos, suplementos y productos a base de hierbas que esté tomando. Ellos pueden identificar posibles interacciones y ajustar las dosis o recomendar alternativas seguras. La supervisión profesional es clave para evitar riesgos y garantizar la eficacia del tratamiento.

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