Para fomentar una salud digestiva óptima, es fundamental incluir alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y granos integrales. Estos ayudan a regular el tránsito intestinal, previniendo el estreñimiento y promoviendo la regularidad. Los probióticos, presentes en yogures, kéfir o alimentos fermentados, son esenciales para mantener un equilibrio saludable de la microbiota intestinal, lo que beneficia la digestión y la inmunidad.

Incorporar proteínas magras y grasas saludables (como aguacate o aceite de oliva) también apoya la función digestiva. Una dieta variada y balanceada, rica en nutrientes esenciales, es la base para un sistema digestivo fuerte y un bienestar general.

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