Algunos alimentos pueden ser desencadenantes comunes de molestias digestivas y, por lo tanto, es recomendable limitar su consumo para mantener una salud gastrointestinal óptima. Los alimentos grasos o fritos, los procesados y el exceso de azúcares pueden ralentizar la digestión y contribuir a la acidez estomacal, la hinchazón y el estreñimiento. Bebidas como el alcohol y la cafeína, así como los alimentos muy picantes o ácidos, también pueden irritar el revestimiento del estómago o exacerbar el reflujo.

Identificar y reducir la ingesta de estos alimentos puede marcar una gran diferencia en la gestión de síntomas como la acidez, el dolor abdominal y la diarrea, contribuyendo a un mayor confort digestivo.

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